jueves, 1 de octubre de 2015

ESTRENO ROGER WATERS THE WALL, VALENCIA 29-9-2015

Después de varios meses de espera por fin llegó el día del estreno y como no Ruta Floyd estaba allí presente!!
La película comenzó puntualmente...con la introducción del actor cinematográfico Liam Neeson expresando como el concierto de The Wall en el Earls Court en el año 1980 cambio su manera de pensar y le ayudo a vencer sus propios muros y miedos.
 
 Después nos encontramos con un Roger Waters enfundado en un abrigo negro y largo sacando su Rolls Royce del garaje y preparándose a emprender un viaje por Inglaterra, Francia e Italia para visitar las tumbas de su abuelo y de su padre..en el trayecto en un dia frio, gris y con poca luz  entre sus recuerdos y pensamientos de pronto irrumpe  In The Flesh?? con toda la fuerza y estallido de luces y pirotécnica  que presenciamos en sus conciertos.

La película dirigida por Roger Waters y Sean Evans, es un relato de Roger con sus recuerdos y la experiencia de una persona marcada por la pérdida de su padre, en la Segunda Guerra Mundial. 
 
 Acompañado a veces en su trayecto por amigos y familiares, que en conversación con él, recuerdan el pasado, la muerte de su padre en la batalla de Anzio.
 
Viajan hasta allí para visitar  el monumento donde figura su nombre... todo esto aderezado con un concierto integro de The Wall, formado por los que grabó en Argentina, Canadá y Grecia.

Yo sentí allí la satisfacción de ver de nuevo el concierto de The Wall con un sonido impresionante e imágenes que desde mi asiento en los conciertos no se podían divisar como la complicidad entre los artistas durante los conciertos y las bonitas imágenes y primeros planos de todos ellos, y ademas, con la  perspectiva de ver desde arriba el escenario que en los conciertos reales nos quedábamos sin ver por permanecer todos los artistas detrás del muro.

Personalmente no me sentí identificada con los fans que se veían en primera fila cantando, saltando y llorando de emoción: por mi edad ya no estoy para eso....pero con una gran satisfacción sabiendo que la música de Pink Floyd no muere con nuestra generación, que hay juventud que también la siente intensamente.
 
Finalmente aparecieron en pantalla Roger y Nick  contestando las preguntas que los fans les habían enviado por Internet, cosa que hicieron con el sarcástico humor ingles que les caracteriza, o sea sin mojarse demasiado...yo me quedaría con la que me pareció mejor respuesta, y esta fue a la pregunta de como hacían para elegir a los niños que en cada concierto les acompañaban en los coros de Another Birck In The Wall, contesto Roger que los elegían de entre los colegios de gente pobre y que eran dignos de admiración por que con un ensayo de solo media hora finalmente eran capaces de dar todo de si con todo el corazón y buen agrado.
Salimos del cine en Valencia con una lluvia que calaba hasta los huesos..pero con un  fuerte deseo de presenciar de nuevo en directo algún nuevo concierto de Roger... y en mi cabeza recordaba lo que contestó Roger en la entrevista ofrecida durante la  premiere de ésta película el año pasado en Canadá.
A la pregunta, de que si planeaba una nueva gira contestó:. “Quién sabe. Nunca digas nunca”

miércoles, 24 de junio de 2015

KISS-cronicas y vivencias.

    Antes de empezar con la crónica quisiera hacerles una confesión, o mejor dos. La primera es que tengo 48 años. Sí, ya sé, no es ninguna vergüenza, eso es lo que digo yo. Pero es que de un tiempo a esta parte, cuando digo mi edad sin que me la hayan preguntado, me suelen responder que no lo diga, como si fuera algo que debiera ocultar.  Total, si es imposible disimularlo, ya hace tiempo que en las colas de los conciertos, cuando van repartiendo los anuncios de las fiestas en las discos, al llegar a mí siempre se saltan el turno. Y la segunda confesión es que cuando cursaba séptimo de EGB en el colegio de mi barrio, me hicieron estudiar a una banda llamada Kiss, cuyos miembros vestían de forma muy estrafalaria y se maquillaban para disfrazarse de Catman, Demon, Starchild y Spaceman. Me tocó empollarme su biografía y los discos que tenían publicados en la fecha. Por eso les revelaba al principio mi edad. ¿Han echado ustedes cuentas?, pues sí, les estoy hablando de 1979. En esos años la banda Kiss ya era material de estudio sobre la historia del rock, al menos en mi colegio. Quién me iba a decir a mí que 36 años más tarde iba a estar viéndolos en directo, con dos de los cuatro miembros originales aún en activo.
    Y ahora vamos con lo importante. He de decir que no me costó nada adaptarme al ambiente, pues Thor y Odín se apuntaron a la fiesta desde mi salida de Valladolid con truenos, relámpagos y un buen aguacero, hasta el punto de que el AVE circulaba a 70 kms/h nada más, de puro susto del maquinista. Hasta que salimos del túnel de Guadarrama con un sol radiante, que ya no sabía yo si eso del fondo era Madrid o la ciudad de Dibúlibud de Roger Rabbit. Pero pronto volví a la realidad en cuanto llegué al Palacio de los Deportes (al igual que Julián Hernández de Siniestro Total, yo también me niego a llamarle por el nombre de un banco) y empecé a verme rodeado de gente maquillada a imitación de cualquiera de los cuatro Kiss. Pero no sólo gente de mi edad, para nada, había miles de veinteañeros, y hasta vi varios niños entre el público. De hecho, cuando Paul “Starchild” pidió que levantaran la mano quienes fuera su primer concierto, el Palacio se llenó de manos al aire. Por tanto, 40 años después aún hay Kiss para rato, al menos mientras sus componentes sigan en pie, porque con esta savia nueva nunca le van a faltar seguidores.
Hay que decir que yo, como valenciano que soy, también lo tengo fácil para conectar con una banda que encaja a la perfección con la idiosincrasia de mi tierra. Porque no me negarán que un concierto a base de pirotecnia sin parar no le viene como anillo al dedo a un petardero, como este servidor de ustedes.

Ni que decir tiene esos trajes estrambóticos plenos de coentor, palabra inventada en valenciano que no tiene traducción a ningún otro idioma. Ni ese histrionismo tan característico también de mis paisanos. Y es que quienes van a un concierto de Kiss no esperan encontrarse con grandes exhibiciones ni gorgoritos vocales, no exigen ningún virtuosismo interpretativo, les da igual que Paul ya no tenga la voz de antes.
Lo que buscan es disfrutar de una mascletà nocturna durante dos horas de pirotecnia incesante.
Trajes que parezcan salidos de una pesadilla de Tim Burton, zapatos de plataforma con los que se pudiera partir la crisma cualquier drag queen, exhibiciones de tragafuegos como en las ferias del siglo XX, las muecas satánicas de Gene “Demon”, sus vómitos de sangre falsa, la cara de no haber roto nunca un plato de Paul “Starchild”, los vuelos por encima de las cabezas del público, el sonido estridente, potente, las poses ante los fotógrafos, los revolcones por el suelo olvidándose hasta de tocar la guitarra. Ese puro espectáculo a medio camino entre un concierto rock, el Circo del Sol, un teatro de marionetas japonesas, la cordà de Paterna, Mestalla cuando el Valencia va ganando 3-0 al Madrid, todo eso y mucho más, que tantos han querido imitar. Y de hecho algunos lo han conseguido, imitar digo, porque todavía no se ha visto nada como el original.

El Palacio de los deportes estaba lleno a rebosar.
Ah, que aún no les he mencionado ni uno de los temas que se interpretaron anoche. Y qué más da lo que tocaran, como si se hubiesen puesto a cantar Susanita Tiene un Ratón, en estos conciertos el repertorio sólo es la excusa, lo que cuenta es todo lo demás. Pero si quieren saber lo que tocaron, entren en este enlace que recoge lo más destacado del bárbaro espectáculo vivido anoche, hasta el punto de que importaba poco que  mi localidad fuera de visibilidad reducida.
Pero vean, vean al menos lo que yo vi:


Gracias al Dr. Joaquin Granados por estas crónicas, fotos y vídeo de los cuales él es el autor.